11 de marzo de 2013

Empanadillas de cabello de ángel


Cuando era pequeña mi abuela nos hacía por estas fechas dulces típicos de su pueblo. Torrijas, como las de la anterior entrada, pestiños, y sus famosas empanadillas de cabello de ángel. La recuerdo en la cocina mezclando los ingredientes para la masa, encendiendo la estufa pequeñita que tenía y poniendo el barreño delante de ella para que la masa cogiese temperatura y levase bien.
También recuerdo que me encantaban, y que estaba deseando que las terminase para poder comerme alguna.
Más tarde fue mi hermano mayor quién cogió el relevo y empezó a hacerlas igual de ricas, y ahora me toca a mí…
Tendré que invitarlo a merendar a casa para que me diga si las he hecho bien.

Empanadillas de cabello de ángel


.- 150 ml de aceite de oliva virgen
.- 100 ml de vino blanco
.- 350 gr de harina de repostería
.- 1 cáscara de limón
.- 1 cucharadita de levadura (tipo Royal)
.- 1/2 cucharadita de sal
.- 1 cucharada de anís en grano
.- 50 ml de anís dulce
.- Cabello de ángel para rellenar ( he usado el de Mercadona)
.- Aceite de oliva para freír
.- Azúcar para rebozar
.- Canela en polvo para rebozar

Freímos en una sartén la cáscara de limón en los 150 ml de aceite a fuego medio, de manera que aromatizamos el aceite y no estará crudo a la hora de trabajarlo. Lo colamos y dejamos enfriar.
Ponemos el aceite en un bol y añadimos el vino, la sal, el anís en grano y el licor de anís. Añadimos poco a poco la harina tamizada con la levadura, removiendo con una cuchara de palo. Cuando la masa empieza a tener cuerpo la trabajamos con las manos, hasta que esta se despega de nuestros dedos y su textura es fina y brillante.
La dejaremos reposar en una zona templada una hora más o menos tapada con film.
Yo he calentado el horno antes a unos 50/60 grados. Lo he apagado y he introducido la masa dentro.
Pasada la hora extenderemos la masa con la ayuda del rodillo dejándola finita, pero que no se rompa. Si al estirarla se nos hacen agujeritos es que le falta algo más de harina. Se la añadimos, amasamos y volvemos a estirarla.
Con un cortador de empanadillas o en su defecto (como es mi caso) con una taza de desayuno de boca grande, iremos cortando círculos que rellenaremos con el cabello de ángel. Las cerramos y presionamos con un tenedor para sellarlas bien y así al freírlas no se nos escape el relleno.
En una sartén con abundante aceite freírlas a fuego medio hasta que estén doradas por ambos lados. Las escurrimos un poco en papel de cocina y las rebozamos en la mezcla de azúcar con canela.
Una vez frías las guardaremos en un recipiente hermético y en mi casa además, en un lugar recóndito para que no se las coman todas  el primer día….



Hasta pronto!


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